En esta vida se nos enseña a luchar por nuestros sueños y además a hacer lo que la sociedad espera de nosotros. Tratamos de conciliar a diario todas los compromisos o deberes con todo aquello que tanto amamos hacer de verdad. Sin embargo… ¿Qué alcance tiene tu ambición? No te digo para nada que no luches por eso que tanto anhela tu corazón. Sin embargo, me gustaría que comprendieras el peso que tiene el resto en ese acompañamiento.
No es solo el tiempo de un trabajo, de tus amistades, de tu pareja, de tu familia, de tus hijos, de ti mismo/a… Mi pregunta es: ¿qué lugar ocupa cada uno de ellos y cuánto tiempo le cedes a cada uno?
Míralo así. Imagínate que tienes una botella de agua y esa agua es tu tiempo. Si quieres muchas plantas, le podrás dar poca agua a cada una de ellas y quizás crezcan, pero llegará un punto donde alguna morirá porque no tendrá suficiente para desarrollarse y quizás sea el estrés de tu salud mental por seguir con el ideal de que puedes con todo. No te digo que tires la casa por la ventana, pero elige bien qué plantas quieres ver crecer para darles el agua correspondiente y así hacer bonitos proyectos sin el agobio ni la manifestación de una enfermedad que persigue a miles de personas de este siglo, la hormona del cortisol: el estrés.