La semana pasada decidí hacer gratitud en conserva. Hay personas que necesitan mirar atrás a lo largo de un año para ver cómo han cambiado y qué tienen… Yo quizás solo necesito una semana para sacar a la luz toda la fortuna y avance que obtengo en el día a día. Por eso compartiré el ejercicio que hice, en el que apunté cada día tres cosas por las que dar gracias.
Lunes: Agradezco y decido conservar, la paz que me da pintar con pincel, la calma que me da el tacto del agua y las arrugas de una mirada feliz (de personas que siempre están serias).
Martes: Agradezco y decido conservar, el maravilloso olor a café de por las mañanas, el poder escuchar refunfuñar a personas que amo (a veces son adorables) y el tacto de la arena de la playa al pasear.
Miércoles: Agradezco y decido conservar, el lujo de no ponerme despertador, de ver el color violeta tan bonito de mi batido de frutas y la suavidad que tienen las sabanas al acostarme, es reconfortante.
Jueves: Agradezco y decido conservar, la calma del ronroneo de mi gato, la bella iluminación de la luna llena y el olor a jazmín de una casa del vecindario.
Viernes: Agradezco y decido conservar, la suerte de poder desear descanso a personas que aprecio, la sonrisa de aquellos que les faltan dientes y el sabor dulce de un flan de queso.
Sábado: Agradezco y decido conservar, la fortuna de despertar con el sonido de la lluvia, la textura de la masa de pipas y la tranquilidad de poderme preguntar: ¿Qué me apetece hacer hoy?
Domingo: Agradezco y decido conservar, el amor que siento al agradecer tener la familia que tengo, el puchero que hace mi madre y la emoción de mis amigas porque en breves tenemos una boda.
¿Qué agradeces y decides conservar tú?
Yo agradezco el poder dormir, después de una noche de trabajo.
Agradezco el poder sacar tiempo , para hacer las cosas que me gustan .
Y agradezco el poder hacer ese puchero, y comerlo con mi familia.
🙂