Mis respetos a todo aquel o aquella que trabaja allí (porque cada persona tiene que ganarse el sueldo a su manera), pero me molesta que me hagan perder el tiempo en intentar venderme la moto. Compartiré una conversación que tuve hace unos días con alguien que trabaja allí:
—¡Hola! ¡Gracias por venir! Tienes unos datos que actualizar por normativa.
—Perfecto. Tras dos minutos, firmo y actualizo.
Una vez hecho me dice:
—Ya de paso que estás aquí, te interesa algún seguro…un préstamo…
—No, gracias.
—¿Un seguro médico? Yo me lo hice de jovencita cuando estaba sana y ahora le saco partido…ahora eres joven pero luego igual… (Qué bien que use el miedo al futuro o miedo a la enfermedad para doblegar mi capacidad de decisión…)
—Lamento que tengas tantos problemas de salud, pero céntrate, yo AHORA como tal no quiero hacerme nada.
—Bueno, pero para el día de mañana si eliges ser madre y tu bebe necesita más cuidados… (Qué bien que use el miedo a que le pase algo a mi futuro cachorro como medio de control)
—Mira, en esta época española, lamento decirte que vas a tener que elegir entre cantidad o calidad. Tu no sé qué nivel de vida llevas pero si elijo todo lo que me ofreces me quitas cantidad y calidad…
—¿Y si te mejoramos el seguro del coche?
—No, ya tendrías que rebajármelo mucho ya…
—¿No vienes mucho al banco verdad?
—Vengo a actualizar no a comprar a un bazar.
Se ríe.
—También tenemos planes de ahorro para la jubilación para las jóvenes como tú, quizás vuestra generación… (Qué bien usando a favor, el miedo a la incertidumbre de una jubilación que no sabemos si vamos a tener…)
—Por ahora no me interesa, si me muero mañana esos pagos no son útiles.
—No digas eso. —me dice riéndose.
—Si en algún momento decido que deseo tener más pagos tranquila que te llamaré, por ahora no lo necesito.
—Bueno, pues estamos aquí para lo que necesites.
—Muchas gracias y ten un buen día.
La cara de circunstancia de la mujer era digna de ver, supongo que de tanto en tanto sorprende encontrar a clientes tan directos y sinceros. No sé si era peor, mirar a la señora mientras hablaba sabiendo que mi intención no iba a variar porque tenía claro que solo iba a actualizar datos o saber que iba a perder media hora escuchando y absorbiendo artimañas y estrategias que usan los bancos para intentar vender a un cliente «pagos» por ganar una comisión. Yo no salgo rentable porque en el momento que veo que usan las emociones, los tiempos, los deseos y las necesidades en contra mía, no puedo evitar redirigirlo. Pero oye, me quito el sombrero porque es gracioso ver el intento.