Cada final de año, hago uno y este no iba a ser menos. 2023 me despido de ti con agradecimiento. Me has enseñado mucho, aunque a veces no perciba la evolución. Supongo que es porque ha sido un año más enfocado a la evolución interna que a la externa. Han sido unos meses de mucha actualización, de reciclaje, de tirar lo que ya no servía, de transformar y de unir las piezas del puzle que faltaban.
Cuando empecé 2023, era consciente de que comenzaría a emprender a base de palos de ciego, sin saber realmente si lo que hacía iba o no por el buen camino. Lo único que había en mi mente era: mantén el rumbo y no te distraigas con las emociones ajenas. Al final hice balance y vi lo que sí que funcionaba (que se mantendrá en 2024) y lo que no como meros aprendizajes. Para esto, tuve que crear un foso mental, donde quemar lo que no era rentable sin culpa ni miedo. Fue un alivio.
2023…. me has enseñado a confiar y a aceptar que muchos de mis deseos no se cumplieran cuando yo quería porque todo tenía su razón de ser. Si se hubieran cumplido no hubiera encontrado oportunidades que ahora me llevan a sitios realmente nuevos y emocionantes. También, me has hecho trabajar mi energía luchadora porque me desgastaba enormemente luchar en batallas perdidas. Hay que saber distinguir en qué batallas vale la pena invertir la energía y en cuáles no. Creo que una de las cosas que más paz me ha dado este año ha sido aceptar que por más que repare un plato, si ese plato se ha roto y no hay nada que hacer… No voy a perder más tiempo intentando evitar lo inevitable… Que se rompa.
Quiero dar gracias al 2023 por las personas o maestros que pones en mi existencia, porque cuando la energía cambia conectas con otras mentes y con otros estados de la conciencia y eso lleva a evolucionar en otros espacios. Me siento afortunada de que me acompañen (por ahora) a lo largo del camino, aunque no las vea tanto como quisiera.
En definitiva, 2023 me diste un gran enigma: la piedra que no quería observar. No fue fácil porque duele enfrentarse a tanto peso emocional. Solo a lo largo de los meses, lo velado fue revelado. La piedra del miedo y del amor, era la primera que tenía que poner como base de un gran proyecto, porque no me daba cuenta que su peso le daría la solidez adecuada a toda una estructura. Sin ella, muchas cosas, se hubieran venido abajo. No me abandones nunca porque tienes la dureza que tanto buscaba (y no veía) para unos buenos cimientos y porque me has llevado a construir cosas que si lo hubiera intentado por el camino tradicional, jamás hubieran sido tan fructíferas.
2024, vamos a allá…
👏👏👏👏