La multitarea. Si estás hablándole a alguien y es como hablarle a la hermosa pared, el primer pensamiento que me viene es: «ya no está aquí, está pensando en las 30 cosas que impiden que su atención en el momento PRESENTE esté en nuestra conversación». Antes he de decir que me molestaba mucho pero ahora, me callo. Comprendo que si alguien está sumido en sus pensamientos, ni ve ni escucha y no voy a ir gastando tontamente saliva. Yo sigo mi camino y si me escucha bien y sino, pues que hubiera escuchado, suerte en la vida. Ya no me sulfuro.
Menuda enfermedad es esa en este siglo, hay tal nivel de quehaceres que dejas de vivir en el ahora porque a la vez que quieres escuchar a alguien, quieres fregar los platos, quieres aprender chino y quieres tirarte por un puente. ¡Uf! ¡Cuánta cosa!
Lamento decir que nos vendieron la moto con la etiqueta de ser resolutivos y de poder con todo, y como poder se puede, pero organizándolo, mientras hablas con alguien no puedes estar mientras tanto haciendo 50 cosas a la vez. Mis padres siempre me han dicho detrás del 1…el 2. No todo al mismo tiempo.
Como no trabajes tu AHORA o momento PRESENTE, la aceleración de la multitarea entrará en ti como un virus y hará que tarde o temprano petes como una palomita, lista para el consumo o para morir, lo que mejor te venga.