Pero a aquella persona que se le ocurrió la maravillosa idea de unir los tapones a las botellas de plástico, se coronó. Entiendo el reciclaje y soy pro de eso pero…¿No hay otra formas de reciclaje que no sea torturar al ser humano con el tapón de una botella? Ni es abre fácil ni útil a la hora de beber. Te peleas literalmente con ella. Activa tus capacidades neandertales de lucha y supervivencia. Pero también tiene su lado positivo…
Acaba encendiéndose tu ingenio y creatividad, pensando en la posibilidad de inventar un artilugio que abra el plástico por otro sitio o en la posibilidad de usar un soplete, para convertirlo en el botijo de toda la vida. Si es por encender la mente, lo aplaudo, si es por volver a la tradición del botijo lo llegaría a entender por las modas y sus corrientes, pero si es por dar por saco al ser humano… Agotador y fastidioso.
Si el sistema no va a facilitar la existencia, vuelvo a lo arcaico o a llevar siempre por cuenta propia una botella de cristal donde el tapón si que lo pueda separar y dónde poner el agua cada vez que quiera beber cómodamente.