¡Qué emocionante es descubrir momias en tumbas ultra ocultas de hace miles de años! Sin embargo, no hace falta ir a un museo para poder verlas. A su favor diré que es apasionante ver cadáveres en el día a día paseando por la calle sin tener que esperar a ser desenterradas. Solo tienes que fijarte en la cantidad de etiquetas de moda que nos rodean y nos envuelven. Da terror el peso del yo soy “responsable”, “alto”,“ bajo”, “de Valencia”, “de Murcia”, “narcisista”, “empático”, “terapia”, “fracasado”, “exitoso”, “madre”, “soltero”, “carrera”, “ciclo superior”, … En la actualidad hay tal número de etiquetas (para todo) que no hay ser sobrenatural que pueda ver al humano real que hay debajo con tanta venda (en forma de palabras) encima.
¡Qué buen trabajo de embalsamiento! Me quito el sombrero. Las mismas momias deciden mantener las vendas en plena vida cuando eso se hace al llegar a la muerte para ir al otro plano. Por lo menos ya están preparadas. ¡Qué precavidas! Lo curioso es cuando te acercas con tus tijeras emocionales para romper todo lo que las envuelve y … ¡O salen corriendo o te atacan!
¡Qué horrible es vivir muerto, cuando todavía somos humanos vivos! Aunque lo empiezo a dudar…