Este artículo lo escribo para todo aquel que tenga este interés. Varias personas me habéis comentado lo mismo y creo que es una manera de mostraros mi gratitud. ¿Qué es el alta y la baja vibración? Cuando llegamos al mundo nacemos con una sintonía o vibración. En función de ella conectamos más o menos con unas personas. Es lo que los humanos entendemos como afinidad. Pero… ¿Qué pasa cuando crecemos y surgen crisis existenciales?
Un cambio de vibración va acompañado de un despertar de conciencia y una sacudida. Surgirá en un momento clave, ya sea un nacimiento, una muerte, una enfermedad o una catástrofe (entre muchas cosas). Cambiar de vibración, es como subir un escalón. No será sencillo porque en esa subida, no todas las personas que te acompañan seguirán tu ritmo. Los que se quedan tienen otros asuntos que atender. Será vital agradecer con amor que quizás esos caminos nunca más se crucen o se cruzarán más adelante por otras escaleras o puertos. Los caminos de cada persona son distintos.
Me costó años entender que mi vibración colapsaba porque podía entender todas las demás y que sucedía a través de cinco portales muy concretos: la vista, el sonido, el tacto, el gusto y el olfato. Lo que no sabía era que se me estaba dando una gran oportunidad para elegir conscientemente mi bienestar y que debía aprender a educar mis sentidos.
La baja vibración es todo aquello que no resuena contigo, todas esas cosas que haces de forma obligada una y otra vez y no quieres hacer realmente, son todos esos sonidos o mensajes que rechazas y te los tragas, esos gustos/comidas o bebidas que ingieras sin desearlo por el otro y no por ti, todas esas injusticias que ves, todos esos lugares a los que vas por obligación y no quieres ir, todo eso que toca y te da mal rollo y todo eso que hueles y no te gusta. Por ejemplo, si las películas de miedo o las noticias no te sientan bien… ¿por qué las sigues viendo? Si no quieres ir a un sitio ¿por qué vas?
La alta vibración es todo lo contrario que tienes que reforzar. ¿Qué sonidos te gustan y decides reforzar tenerlos cada día? ¿Qué gustos o comida te sientan bien y hacen que te sientas fuerte? ¿Qué olores te calma y te dan bienestar? ¿Qué tocas que te da buen rollo? ¿Qué libros lees que te sientan bien? Por ejemplo, si ir a la playa te sienta bien ¿Por qué no vas más?
Absorbemos cada día miles de estímulos que se dividen en estas dos magnitudes, pero hay un gran problema de falta de priorización y cuando lo absorbes todo, solo puede pasar una cosa: que enfermes.
Educa tus cinco sentidos y elige bien qué estímulo se queda y cuál no para siempre estar en sintonía contigo mismo/a.