La contaminación olfativa se refiere a la presencia de olores desagradables proveniente de actividades industriales, basureros o incluso de tipo doméstico. Si bien a menudo es muy subestimada comparada con otras formas de contaminación, también tiene efectos significativos. Aunque pase desapercibida, la exposición constante a malos olores puede provocar estrés y ansiedad, afectando a nuestro bienestar emocional.
Puede llevar incluso a tener síntomas como dolores de cabeza, náuseas y fatiga. Además, hay estudios que han revelado que los olores desagradables pueden activar respuestas fisiológicas que elevan la presión arterial y el nivel de cortisol, lo que puede contribuir a problemas de salud a largo plazo. Asimismo, una exposición excesiva puede deteriorar nuestra capacidad olfativa con el tiempo y a subir la tensión arterial repercutiendo en el corazón.
En este sentido, es super importante concienciarse para poder cuidarse y utilizar comodines como ir más a la naturaleza donde los árboles oxigenan y purifican el aire haciendo que dejemos a un lado, ciertos olores que a largo plazo puedan ser letales en nuestro organismo.