Hay personas que intentan algo pensando que van a perder. Así obviamente aumenta la posibilidad de que eso pase. La mentalidad y la actitud es super importante y en mi caso, siempre apuesto a ganar. Si tengo que pensar que voy a perder, ya no apuesto. Sería perder el tiempo, tontamente.
Hace tiempo que elijo con exactitud mis responsabilidades, porque ser responsable no solo tiene que ver con un título, con administrar una casa, tener una mascota o hijos, es hacerte cargo de tus emociones, de tus sueños, de ayudar al prójimo dándole su espacio y su ritmo de conciencia sin que te salpique y de tener unos pilares internos tan sólidos que cuando vengan ciclos de cambio en los que muchas cosas se van, lo puedas sostener y lo resuelvas de la manera más óptima porque has trabajado la importancia de soltar y de dejar ir para que algo nuevo entre a tu vida.
Cuando elijo responsabilidades, observo todas las posibilidades habidas y por haber, pero sí que es verdad, que hay algo que me hace decantarme por algo muy concreto y es que solo elijo aquello que no contemplo no ganar. Es tener claro que es de esas veces que haces una apuesta, sabiendo que vas a ganar porque tienes el conocimiento, la certeza, la fe, la seguridad y la intuición oportuna para ello.
Como contemples, no ganar, dudarás y ahí se abrirá la posibilidad de perder. Apuesta bien, mirando siempre tus cartas, sabiendo lo que tienes sin distraerte y no tendrás más posibilidad que la de ganar. ¡O ganas o ganas! No habrá más opción.