Cuando un mentor me dijo esto, he de decir que me llegó profundamente y no pude evitar recordar una conversación que tuve una vez con un psicólogo. Este me preguntó:
—¿En qué eres buena? Porque todo el mundo tiene un talento.
—En rallarme la cabeza.
Se echó a reír y entonces me dijo:
—¿Y por qué lo rechazas?
Esta pregunta me pilló desprevenida (fue como echar sal a una herida) y fue cuando dije:
—Porque siempre me han dicho que no me rallara la cabeza o que no estaba bien. En definitiva, que era un problema.
—Esa creencia limitante te está frenando. Vas a rallarte la cabeza como la que más.
—Tengo miedo, porque tú no sabes hasta que punto puedo entrar en un bucle de información expansivo. Puedo perder el control.
—Muy bien, vas a hacer un ejercicio en un espacio controlado. A lo largo de una semana anota toda la información que te llega en esa expansión y sus soluciones sobre una hoja y en la siguiente sesión me la traes.
A la semana, volví y le di mis deberes y me dijo:
—Me da igual la información que sea y sus soluciones.
—¿Y entonces para qué me haces hacer esto?
—Lo sigues sin ver. No te rallarías la cabeza si no te llegara tanta información. Tu mente es capaz de recibir miles de datos y quiero que lo veas plasmado en el papel (la verdad es que no me había dado cuenta hasta que lo vi reflejado). Tu capacidad es como un árbol y tu talento no es rallarte la cabeza, es que tratas de dar sentido a todas las hojas de información que te llegan de diferentes ramas. Vas a tener que simplemente aprender a seleccionar las ramas que sí que encajan y rechazar las que no porque quizás no sean de ese árbol pero sí serán de árboles futuros. Además, fíjate que llega un punto que tu árbol mental ya no puede expandirse más porque entras en bucle, cuando eso pase es que ya tienes toda la información y es hora de parar y observar. Imagina todo lo que te llega como las miles de piezas de un puzle. La conciencia amplia es un regalo y no un obstáculo, aprende a sacarle partido. Ahora te voy a dar otro ejercicio. Toda la información que te llega, lo hace por las puertas de los cinco sentidos. Cada persona es sensible a un sentido o a varios. Averigua qué portal es sensible y sácale partido.
Hasta que no te comprometas a entender tus habilidades y a romper con creencias limitantes que frenan ese desarrollo, serás incapaz de darles un lugar y una oportunidad.
¿Cuán comprometido estás con tus habilidades y qué estás dispuesto a rechazar para verlas florecer? ¿Por qué puerta llega tu talento? ¿Eres sensible a la vista, al sonido, al tacto, al olfato o al gusto?