Ya puede pasar un tornado que tú te sientas a observar cómo pasa. No es falta de interés, es que entiendes que nada tiene que ver contigo y que tú decides si su vaivén te destroza o simplemente pasa por tu lado. Cada decisión que tomas mueve a alguien alrededor, quizás con mayor o menor intensidad en función de si resuenas o no con esa frecuencia. Cuando no resuenas con ese caos, parece que todo te importe un carajo pero es simplemente un movimiento que no conecta ya contigo. Solo se da eso cuando des con algo que conecta hacia el interior y lo sabrás, porque te verás reflejada y comprendida.
Si pones tanta energía en el exterior, no te concentrarás en ti y eso, te distrae. Yo agradezco, acompaño y me alegro de la felicidad ajena pero una vez está hecho, vuelvo a mi centro donde tengo muchas cosas que sembrar, cuidar, podar, regar y atender. Cuando dejas de regar los huertos ajenos, regas el tuyo propio y ya sabes eso en qué se puede convertir…