Hace un tiempo a una amiga le dije:
—No entiendo cómo la gente lee los mensajes. No leen.
Ella me contestó:
—Leen, pero no comprenden.
Esto llamó mi atención porque pensé: «¿Tal grado de incomprensión lectora hay? Joder si que hay fallos en el sistema educativo». Con el tiempo tuve la respuesta y nada tenía que ver con eso…
A veces (no siempre porque no quiero generalizar), el ser humano azota a su memoria diciéndole que ya no la tiene, que está perdiendo facultades, cuando no es real. La pobre memoria se ve castigada cuando ella hace bien sus funciones. Lo que no funciona bien es el entorno. Lo que no puede ser es querer leer un mensaje, mientras ordenas una estantería, mientras hablas con más personas de la casa, mientras haces la comida, mientras… Ai por favor, si con tantos focos de atención o estímulos es normal que no te pares a leer UN mensaje en condiciones. El problema no está en que no comprendes un mensaje sino en querer hacer el pino puente más mil cosas al mismo tiempo. ¡Coño! ¡Para! Una a una. Si tu atención está en tantas cosas, te dispersas.
En esta era de la velocidad supersónica y la auto explotación si haces ochenta cosas al mismo tiempo las podrás hacer, pero el precio será la baja calidad y la desconcentración. Al final, entiendo que, con tanta distracción, las personas acaben perdiendo la estrella del norte, la comprensión y la aguja. Luego no hay dios que la encuentre con tanta paja. En mi caso, no es que no comprenda los mensajes, es que directamente no los leo, porque hay tal grado de información o paja innecesaria (entre las personas cuando hablan físicamente, más los noventa grupos de whastApp, más el día a día…) que acabo pensando: «¿De qué le sirve a mi memoria recordar si alguien ha escrito jajaja, buenos días, ya ves, si era viernes o lunes, si hacia frío o calor? Acceso denegado a su lectura porque luego se convierte en paja y en caos de dispersión. Al grano, que no quiero perder mi aguja mental».
👍♥️