No sé si alguna vez te habrá pasado, das un consejo a un amigo o a un familiar y con el tiempo te pasa una situación similar y éste acaba diciéndote: «te voy a decir lo que tú me dijiste cuando…» La verdad es que me gusta pensar que estamos tremendamente conectados y que igual que una pelota de tenis es lanzada a una pared o a un lado opuesto por ayudar, viene de vuelta justo en el momento que necesitas.
Las palabras y los silencios tienen un poder enorme a la hora de acompañar. En el día a día nos pasan situaciones que esperamos o no esperamos y aprendemos a gestionar sobre la marcha de la mejor manera posible.
Creo que me río cada vez que me pasan estas cosas porque pienso: «Qué curioso que ahora sea yo la que reciba mí mismo consejo de vuelta, gracias por ofrecérmelo, me hacía falta»
Es importante ser consciente de lo que compartes porque todo…rebota.