Me aterroriza pensar que despierto en un momento dado, viviendo una vida que no quiero. «Yo es que he sido feliz eligiendo eso» Ese es el comentario que me encuentro cuando rechazo las opciones. Déjame decir algo, no todo el mundo es feliz comiendo fresas. Hay personas que las saborearán, otras que les tendrán alergia y otras las venderán sin apreciarlas. Me da tremendamente miedo pensar que pudiera vivir una vida que no quiero, es superior a mis fuerzas. ¡Qué regalos más envenenados!
Cuando era pequeña, recuerdo esta conversación con mi madre:
—Mamá, yo no quiero ser famosa.
—¿Y qué quieres ser?
—No lo sé, yo lo único que quiero es vivir feliz.
—Con lo cabezona que eres, conseguirás todo lo que te propongas.
Menos mal… ¡Qué horrible es vivir la vida que eligen otros para ti! Por amor se hacen absurdas barbaridades y hasta sus creencias de lo que es mejor para ti, son una auténtica tortura.
Ámame tal cual soy, libre y desastrada. El asco me puede cuando algo o alguien me saca de mi camino y levanto unos muros que a veces, dan terror. Antes me matas que me haces cambiar de parecer, pues hay gente que funciona mejor bajo presión. No es mi caso. No quiero comprar una casa, o un coche, o hacer un viaje, o casarme, o tener hijos, o estudiar, o trabajar en un sitio porque sea lo mejor para mí, o porque me veas como una vaca que tenga que dar leche o como un genio que deba tener un alto cargo y despertar en una vida triste que me marchite. Esa no soy yo. Si el amor me limita, eso no es amor, es control y el amor, no se controla. Si no fuera porque creo que me quieres, diría que a veces, me deseas una vida de absoluta infelicidad. De verdad, prefiero la falta de comprensión ajena a vivir la vida buscando la aprobación de otros que no tienen la capacidad de entender, ni de escuchar ni de amar sin expectativas y sin proyecciones. Eso no es asunto mío, pues cada persona tiene un reto o asunto que resolver por sí mismo en su tiempo vital, ya sea: familia, salud, dinero, amor, profesiones, viajes, tipos de relaciones… Si muero mañana quiero pensar: ¡Coño! He disfrutado de todo lo que quería hacer sin represión y sin dejar esos asuntos pendientes a nadie más. Si me muero mañana quiero pensar: he habitado de verdad mi cuerpo con sus elecciones de una forma consciente y gracias a eso, puedo irme en paz.
¿Una fresa?