Me llama mucho la atención observar todavía miedo a la soledad cuando es el siglo con el mayor número de solteros (qué paradoja). La soledad te regala algo muy concreto y es tiempo, para ti. Todo en la vida, sea lo que sea, es igual a tiempo positivo o negativo. Luego, pasa lo contrario. Te acostumbras tanto a volar tranquila sola que cuesta dejar entrar a cualquier compañía.
Yo no soy la clase de humana que elige a una persona por miedo o por necesidad, me da mucho más miedo ser infeliz con alguien que no resuene para nada conmigo. Eso sí que sería un tremendo castigo. Es imposible tener miedo a la soledad si tienes un proyecto de vida (ya sea un hobby, una pasión, un deseo personal, un reto, porque eso es lo que te enciende, esté quien esté y pasando lo que quiera pasar.
Hay etapas que necesitaba y esta era una de ellas. Ahora mi problema es al revés: no esperar a nadie. Eso hace que o los que quieren seguirme el ritmo se pongan las pilas invitándoles a moverse fuera de su confort rápidamente o que deba dejarlos ir por mucho que los ame. De hecho el otro día un amigo me llegó a decir:
«Como me descuide un poco, tú ya estás en la otra parte del mundo»
La verdad es que ahora mismo, se me hace bola parar, porque mi intuición me lo impide y porque me hace ver, que puedo hacer lo que quiera pero que el precio a pagar es, el movimiento. Y todo esto solo me lo pudo dar la introspección y el tiempo de soledad.