¡Qué interesante puede ser esperar en la cola de un supermercado! Mientras esperaba mi turno, observaba la compra de otros en sus cintas y me pregunté: «¿de qué me alimento?» Porque no solo es de comida… Nos nutrimos de olores que nos sientan bien, de humos que nos sientan mal, de colores que nos dan sensación de bienestar o de imágenes publicitarias que despiertan nuestro agobio o nuestro consumo, de sonidos que nos calman y de ruidos que nos dan dolores de cabeza, de texturas que nos acogen o nos pinchan, de personas que nos embriagan de viajes o nos intoxican de quejas. Y todo eso al cabo del día.
Tipos de alimentación:
- Alimentación gustativa: el sabor y el efecto de los alimentos en el cuerpo, el sabor de un beso, el de la nevera, el de los medicamentos, el del agua, el de las infusiones, el del alcohol, el sabor de la mala higiene cuando no nos lavamos los dientes…
- Alimentación olfativa: el olor de la comida, del humo del tabaco, el agobio del humo de la ciudad, la atracción del azúcar de los bares, del café, del eucalipto del difusor, de un libro nuevo, del champú, de nuestra mascota, de nuestro bebe…hasta de la mierda que otros hacen en el wc.
- Alimentación sonora: el sonido de la música que elegimos, los ladridos del perro de tu vecino, el ruido de la moto o tractor del vecino, la radio que no puedes apagar, los silbidos, el teléfono que no para de sonar, miles de mensajes en continua repetición, el ronroneo de nuestro gato, los pájaros de la primavera, los coches que transitan, el sonido del viento, los diálogos de miles de personas…
- Alimentación visual: ver noticias que nos dejan mal cuerpo, ver el teléfono constantemente, ver el verde los árboles de la primavera (tiene una tonalidad más intensa de ocre), ver más luz, ver sonrisas, ver amor, ver la inocencia de los niños, ver el movimiento de las olas del mar, ver como una planta crece, ver los colores que nos encantan y hemos elegido para una estancia…
- Alimentación táctil: la suavidad del pelo, las uñas largas (sin cuidado pueden afilar la piel de una manera estrafalaria), el sol de invierno que nos acoge y no quema, lo frías que pueden estar las manivelas, los escalofríos que nos pueden dar cuando nos tocan y sentimos que no están bien, el bienestar de los guantes, la ligereza de la arena de la playa…
- Alimentación emocional: emborracharnos de inquietudes con ‘y si….’, de preocupaciones que todavía no han pasado ni pasarán, de amor al ver brillas los ojos de otros, de ilusión al empezar cosas nuevas, de tristeza al no poder hacer nada por los que más amas porque sabes que cada uno se cargo de sus responsabilidades, de rencor al rememorar a los ex que todavía se manifiestan por no ponerles límites…
¿Eres consciente de cómo nos alimentamos? ¿Hasta qué punto mantienes lo que te sienta mal en tu vida?¿Eres alérgico a la tristeza de las malas noticias y las sigues viendo? ¿Eres intolerante al malestar del sonido de las quejas y no haces nada para quitarlo de tu dieta? ¿Te das veneno o bálsamo? ¿Te das sanidad o enfermedad?