Cuando era pequeña, siempre estaba en el suelo. Llegué a pensar que ese era mi reino. Era incluso cómodo porque con la tierra construía cualquier cosa que se me pudiera ocurrir. Al tropezar, nunca ponía las manos, no miraba mis pasos y acababa cayéndome de cabeza. La mirada de preocupación de mis padres hacía que pensara: «pobrecillos, les duele más a ellos que a mí que me haga daño». Durante esos años aprendí mucho: vi cómo mi cabeza amortiguaba bien los golpes porque como mucho, me hacía un chichón. También, sentía cómo siempre sanaba y constataba que por más que me cayera siempre me volvía a levantar (hasta incluso la vez que construí una escalera para subir a un pino y ésta se rompió con mi peso, me fui de morros sangrando como si no hubiera un mañana y me levanté sin romperme un diente).
Me caía porque jamás miraba mis pies, no porque no los tuviera en cuenta, sino porque me distraía algo realmente bonito… el amor por la naturaleza y por el entorno. Siempre miro hacia arriba o hacia el exterior por curiosidad y porque es embriagador. No hay nada como ver las formas de las nubes, el vuelo de los pájaros, los colores de los cielos…siempre mirando hacia otro lado. A día de hoy para no quitarme ese privilegio, miro hacia arriba pero también estoy al tanto del abajo o de mis pies. Solo así fue como con el tiempo logré equilibrarme y estabilizar esas caídas. No quería quitarme el lujo de mirar hacia arriba pero definitivamente tenía que integrar el abajo.
Considero que no lo integraba por la siguiente razón: cuando era chiquitita pensaba que la caída vista de una manera invertida era un despegue. Para mí, todo era lo mismo. A día de hoy no ha cambiado mucho esa percepción porque, aunque no lo pueda ver a primera vista, un salto al vacío, un cambio de lugar que no elijo o un ‘error’, lo convierto en el despegue de un gran cohete girando su trayectoria de abajo hacia arriba. Siempre aprovechando su lanzamiento o su movimiento porque si no lo puedo controlar, por lo menos, utilizo su energía a mi favor.
¿Realmente subes o bajas?