En el detalle está el cambio de destino más grandioso que pueda darse. ¿Qué hubiera pasado si aquel día en vez de tomar ese camino hubieras tomado el otro? ¿Qué hubiera pasado si en aquella estación aquella anciana de la nada no te hubiera dicho «confía y sigue el camino, pronto llegarás»? ¿Qué hubiera pasado si no hubieras ido a aquel viaje? Cada pieza es clave para escribir tu propia historia y todo lo que hagas cada día, al milímetro y al detalle, cuenta.
Este tipo de concepción me hace pensar en mi prueba de la universidad. Al finalizar bachiller (por aquel entonces), no tenía claro si iba a hacer el selectivo en junio o en septiembre, pero algo me decía que intentara al 100% hacerlo en junio. Las cartas no estaban a mi favor, y el tiempo iba a contrarreloj. Pero, aun así, decidí intentarlo y esa fue la llave del éxito: decidirlo (porque entonces el universo se puso en marcha a través de otras personas que me ayudaron). Sin tener claro lo que iba a pasar, fui a recuperación y a última hora me avisaron que hacía el selectivo en junio. Ahora mirándolo de lejos me pregunto: ¿Qué hubiera pasado si no hubiera DECIDIDO intentarlo? En cosas así es cuando le doy gracias a la frase que sea lo que Dios quiera pero allá vamos. Porque la uso a menudo cuando la intuición late y me pide que no la obvie y que decida hacer algo al respecto, accionando.
Todos formamos parte de la evolución de otro y a veces, no nos damos cuenta de cuánto supone un simple detalle y una sola decisión, porque hace que escribas unas cosas y no otras en esas hermosas páginas en blanco. Hace tiempo que decidí que merecía ser feliz y que en cada detalle estaba la llave para abrir la puerta de cada una de mis pasiones.
Supongo que mis detalles me llevarían a escribir algo así:
Había una vez, una persona curiosa e inquieta que fue en busca de un gran tesoro perdido. En esa gran aventura donde tuvo que pasear a oscuras, encontró un cofre y lo abrió: era su verdadera vida, una llena de fe en sí misma para poder conseguir todo lo que de verdad quisiera. ¿Y qué era? Volar y explorar.