La cantidad de veces que he sentido frustración porque aquellas cosas que tanto anhelaba no llegaban. Me preguntaba por qué otros ya lo tenían a su ritmo y yo quizás no, al tener otro tipo de segundero. La respuesta estaba delante de mis narices: no era el momento. A mí siempre me han dicho dos cosas: o espera al momento adecuado o hazlo porque jamás lo será. Creo que ahora mismo, no me sirve ninguna de esas dos cosas. La vida es como un gran reloj y cada lección es un número que enlaza con el siguiente. Ni me los puedo saltar, ni sabotear las agujas.
Algo llega en ese momento, porque era la hora que tenía que ser para darse o quizás no llega, porque todavía faltan diez horas o años para que lo puedas observar (antes tienes que aprender otras lecciones complementarias para tener esa respuesta) o simplemente tu misión es recorrer otros caminos. No quiero llamarlo destino porque tenemos cierto margen y cierta responsabilidad para cambiar lo que pasa en cada uno de los minutos. Sin embargo la rueda temporal es innegable y cada uno de nosotros tiene un tiempo diferente para distintas lecciones.
¿Qué lecciones trae la rueda? Muchísimas.
. Exploración e integración del entorno que nos rodea.
. El pilar de la familia, los amigos y las primeras relaciones de pareja.
. La muerte tanto la ajena como la propia.
. La salud y su alimentación.
. El mundo de la apariencia y la superficialidad.
. El ciclo de la vida, soltar para iniciar.
. Integrar la sombra y la dualidad.
. Potenciar los dones que se nos asignaron.
. La destrucción de proyectos como una relación, un trabajo…
. El amor en toda su magnitud.
. Explorar nuevos horizontes o nuevos proyectos vitales.
. La muda o cambio de perspectiva.
. El estrés del tiempo.
. El cuidado de los familiares y de uno mismo.
. Los malos y buenos hábitos.
. Los verdaderos deseos.
. La decepción y los límites.
. La convivencia.
…
¿Cuál es tu lección ahora mismo?