Si lo nutres de velocidad, con el tiempo te agobiará su voltaje porque no entenderás por qué interiormente sientes tanta energía y tanto movimiento. Si le das azúcar o sal a porrillo, un día tras otro, con el tiempo surgirá la enfermedad y te hará sentirte mal porque tuviste la oportunidad de responsabilizarte de prevenirla antes y no lo hiciste. Cada persona que se cuide como le rote, pero es importante decir que el cuerpo acumula cada día las elecciones que haces.
Quizás, un día no pasa nada pero cuando a un vaso le das un día, una gota y otro, otra, llega un punto que se colma. El cuerpo es como una planta, si la cuidas envejecerá de forma más óptima que si la descuidas con veneno, vicio, adicción o la energía negativa de problemas de otros que no tienen solución, lo más probable es que pete como una palomita en algún momento clave (y hay muchos).
Ahora me dirás la excusa de: «es que tal persona hizo lo mismo y no le pasó nada». Como tomes de punto de referencia a otro árbol familiar, estás perdido. Te recuerdo que cada clan familiar tiene sus retos y si ya tienes referencias de posibilidades o de papeletas en tu grupo más cercano, no hace falta que saltes a observar a grupos más lejanos. El planteamiento no es, si mi amigo se tira por un puente y no le ha pasa nada yo también. Ese amigo tiene otros retos y otro camino que asumir. El tuyo es centrarte en tus teclas y en elegir si las quieres tocar o no, porque sino al forzarlo, el cuerpo manifestará algún síntoma o dará la voz de alarma de que algo no va bien.
¿Qué quieres que acumule tu cuerpo cara al futuro? ¿Más vida o más muerte? ¿Mejor mantenimiento o mayores síntomas de descuido? ¿Deterioro o mejora de tu versión actual?
¿Hoy qué has elegido para tu cuerpo?
Objetivos de 2024 en potencia: mantener el autocuidado